La verdad y el pez sapo
- Janet Rudman
- Nov 3, 2016
- 3 min read

El pez sapo llegó a quitarle el protagonismo a los atardeceres del verano. Parece que en el pasado no había atardeceres, que recién en las épocas de facebook la gente se enamora y es feliz. Una felicidad que huele a consumo, a selfie y a hipocresía. Es como el hedor a pescado muerto en una playa por la mañana cuando está llena de basura. Es un olor desagradable pero tan natural como el de un zorrillo muerto en la ruta.
Los peces sapo muestran la realidad. Escuché los inventos de los medios de comunicación contra los pobres peces que intengran nuestra fauna. Alguna corriente marítima confundida los trajo en grandes cantidades a la costa. Estos no inoculan veneno. Si pican, duele, como una agua viva menos famosa.
Están vivos hasta que la gente los mata en la playa. El concurso de cómo asesinar a un pez sapo es tendencia en twitter. Las fotos que vimos no tienen photoshop, nadie se toma ese trabajo por un pez.
Entrecierro los ojos y me imagino un niño de 10 años picado por uno de estos ejemplares. Llora a grito pelado mientras su madre se queja en el Sanatorio Cantegrill para que lo atiendan más rápido. Su marido sostiene la mirada y la esposa siente la culpa de haber dejado ido ir al agua a Fernandito, solo contrariando al padre que le avisó del peligro de las picaduras.
Fernando, en un rato, habrá olvidado la picadura y estará en la casa de un amiguito jugando con el play. Los chicos olvidan rápido esos accidentes. Sin embargo, la mamá se llevará adentro el rezongo de su marido y lo sumará en la cuentita de las cosas que no se banca de él, a pesar de todas las fotos felices de la familia publicadas en facebook. Esa noche, cuando le rasque la espalda como señal de que quiere tener sexo, ella se dará vuelta en la cama y quedará quietita sin decir palabra. Esperará que él se duerma o se vaya a otro cuarto a mirar tv. ¿El silencio en las relaciones es verdad o hipocresía?
No tengo la más pálida idea que va la autenticidad hoy día. Creo que no se consigue con los cartelitos de Pinterest que dicen que hay que disfrutar el camino y mirarse al espejo del alma. ¿Cómo se hace para mirarse al espejo del alma? ¿Acaso esa imagen desaliñada, con los ojos hinchados, la cara todavía pegada a la almohada que tengo cuando me despierto por la mañana es real? Esa mujer que rechazó al marido lo hizo obedeciendo a su yo interior o simplemente porque ¿no le apetecía tener relaciones ese día por la bronca acumulada? .No sé mucho qué es auténtico y que no lo es. Me vendieron mucha verdura sobre lugares donde encontrar autenticidad que la perdí y no sé cómo encontrarla. Ya medité lo suficiente y conocí mucha gente que se cree “importante” porque deja la mente en blanco y piensa que está en otra dimensión. Yo me concentré y todo me pareció una mentira enorme. No logré escaparme del calor insoportable ni de las caras de fumados que tenían todos los que me acompañaban. Me levanté y dije: basta de salir a la calle con los ojos cerrados buscando la dimensión desconocida. Mi verdad es otra. No tengo que buscarla. Aparecerá cuando deje de ir tras ella.
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